Cuanto termina su floración, no hay porqué tirarlos. Es posible conservarlos y reutilizarlos el próximo año. Para lograrlo basta con, una vez se haya secado, esperar unas cinco o seis semanas, desenterrarlo, lavarlo, aplicarles un fungicida para evitar hongos y dejarlo secar sin que reciba la luz del sol. Una vez hecho esto toca cortarle las raíces, retirar la tierra, separar los hijuelos que puedan haber salido y guardarlos envueltos en papel de periódico en algún lugar bien seco y oscuro hasta que llegue de nuevo el momento de plantarlos. Y como no hay regla sin excepción, algunos bulbos como los lirios necesitan algo de humedad para conservarse convenientemente. Eso sí, la floración será menos espectacular según vayan pasando los años.
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